El anonimato es algo que podemos experimentar habitualmente en internet. Incluso es algo de lo que se queja mucha gente en redes sociales, lo ven como una lacra. Creen que si la gente tuviera que dar su identidad en las redes sociales se comportarían de forma diferente. Que habría menos trol suelto y la gente se amenazaría menos de muerte en X (por decir una red que aún permite el anonimato).
Eso es cierto. Pero también es cierto que la posibilidad de tener cierto anonimato en redes tiene su parte positiva. Poder expresarte evitando prejuicios y con la libertad de decir lo que quieras también tiene su punto bueno. Dentro de unos límites, claro, la parte que me interesa del anonimato es la participación sin miedo y sin prejuicios.
En presencial es algo que no podemos disfrutar a ese nivel. De hecho, lo más parecido que pudimos haber experimentado es cuando tocó llevar la mascarilla durante la pandemia (y en años posteriores). Estabas ahí pero ocultando un poco tu identidad. Podían saber si eras gordo o flaco, pero no si guapo o feo, si tenías una sonrisa Profidén o si te faltaba el diente de delante, si tenías 40 años o 50 años. El anonimato da cierta comodidad a la hora de expresarse.
Hoy me gustaría hablar del anonimato y del desanonimato, de la fama y de la fama dentro del anonimato. De creadores de contenido e influencers anónimos.
Hay una frase muy famosa que se acredita a Andy Warhol:
“En el futuro, todos serán famosos mundialmente por 15 minutos.”
Bueno, no es exactamente así como se ha popularizado, pero esa es la frase original. Eso fue a finales de la década de los 60. Hoy en pleno siglo XXI es una frase que merece matices.
En el siglo de las redes sociales, esto tiene mucho que ver, en muchos casos, con la viralidad. La viralidad puede hacerte salir del anonimato de la noche a la mañana. El algoritmo o el azar traducido en una decisión de un algoritmo o el retuit o repost de uno u otro famoso puede hacer que dejes de ser un “noname” (que dicen los Zetas).
Unos aprovecharán esos 15 minutos para empezar a crearse una audiencia, otros la desaprovecharan por falta de interés o simplemente de talento.
Me gustaría mencionar algunos casos antes de seguir. Me centraré en casos de gente que no aspiraba a ser creador de contenido, solo a usar una red social.
El primer ejemplo data de septiembre de 2023. No sé si recordaréis a aquel chico que tenía el cuello tatuado (@nano.jr10 en TikTok) que se hizo viral por un discurso sentido sobre la familia y la responsabilidad, algo que se hizo viral de inmediato (dada la juventud del chaval creo yo). Aquí lo dejo para refrescar la memoria:
Se hizo viral y le empezaron a llamar de los medios tradicionales. Contaba su historia sin más. A día de hoy tiene más de 250.000 seguidores en TikTok.
El segundo caso es el de aquella trabajadora de cafetería (@rayomcqueer_ en TikTok) que se hizo viral con un TikTiok en el que hablaba sobre su trabajo y la precariedad laboral. Aquí la dejo para refrescar la memoria:
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También la llamaron de medios tradicionales. Ha sido una reportera en el último Benidorm Fest y a día de hoy tiene unos 50.000 seguidores en TikTok.
El último caso que voy a poner es el de una chica con discapacidad (@inusu_al en TikTok) que se queja de la gente que es hiperamable y condescendiente con ella. Aquí la dejo para refrescar la memoria:
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Apareció también en medios tradicionales. Ahora tiene casi 150.000 seguidores en TikTok.
El patrón esta claro:
Anonimato
Viralidad
Medios tradicionales
Fama
Audiencia
Hoy en día los medios tradicionales se nutren del contenido de contenido de redes sociales. Los trending topics son primera página. Ya es algo habitual ver este tipo de coberturas. O que el típico vídeo viral que alguien ha grabado salga como noticia del día.
El fin del anonimato es aprovechado por unos más que por otros, ya sea para labrarse una nueva carrera como influencer o como refuerzo para su vocación.
Este fenómeno incluso se ha llevado a la gran y pequeña pantalla. Un par de ejemplos recientes son la serie taiwanesa Influencer por accidente o la película española Me he hecho viral. Esta última basada precisamente en hechos reales.
El problema con el que se enfrentan los influencers al llegar al éxito de audiencia es que, a priori, el éxito anula toda posibilidad de ser un anónimo de nuevo. La fama cobra su precio con la falta de privacidad y la exposición continua.
Ya comenté en anteriores ediciones como puede llevar esto a cierto aislamiento en algunos influencers.
Por esta razón, resulta curiosa la existencia de un tipo de influencers que tienen éxito a pesar de haber conseguido mantener su anonimato, o quizás gracias a ello.
Hay muchas estrategias diferentes para mantenerse el anonimato al mismo tiempo que puede labrarse una carrera profesional como creador de contenidos e influencer. Repasaremos algunas de las más frecuentes con ejemplos cercanos.
Los vtubers (de virtual youtubers) son influencers que utilizan un avatar en lugar de aparecer ellos mismos en pantalla. Ser anónimo si eres tuitero o instagrammer puede ser más o menos sencillo, pero la cosa se complica cuando el formato de la red es vídeo. Son el ejemplo más conocido, y son algo muy habitual por ejemplo en Japón, donde disponen de agencias especializadas (Hollolive, VShojo…).
Lo más habitual en los vtubers es que el creador utilice un avatar para sustituir su presencia. Esto está resuelto técnicamente desde hace bastante tiempo con programas que permiten hacerlo en tiempo real, incluso con cierta sincronización de boca, ojos y manos (a través de programas de pago como VRoid Studio o FaceRig, o gratuitos como VSeeFace). La voz suele ser la del propio influencer, aunque algunas veces se utiliza un modulador de voz o es modificada por el propio creador de contenido. Un ejemplo sería Srta Catana (1M subs en Youtube, 45K follows en Twitch).
En el caso de los creadores de contenido relacionado con videojuegos, a veces, el avatar es sustituido por el propio protagonista del videojuego. Esto tiene más sentido aún si se realiza contenido en el que el creador rolea (interpreta al personaje del propio videojuego). En España, uno de los ejemplos más relevantes de este tipo de creadores es xXxTheFocuSxXx (1,8M follows en Twitch).
En el caso de los creadores relacionados con videojuegos, simplemente vale con no salir en pantalla. Un ejemplo sería el peruano AQUINO (950K follows en Twitch).
Algunos de estos vtubers usan el avatar habitualmente, pero han acabado alternando, cuando es necesario, con su presencia física real. Ejemplos como el mexicano Zilverk (2,5M subs en Youtube, 2M en Twitch) o en España Una Alienada (380K en Youtube, 37K en Twitch).
La gran desventaja de los vtubers es que el hecho de usar una presencia virtual les incapacita para la aparición en eventos presenciales (de forma presencial, valga la redundancia). Por eso muchos de ellos alternan su avatar con su presencia con algún tipo de máscara. Un ejemplo podría ser Nimu (2,5M follows en Twitch, 1,5M subs en Youtube).
Pero precisamente el recurso de la máscara es otro de los métodos utilizados por las personas que quieren mantener el anonimato. De hecho, la alternativa al uso del avatar más utilizada. Este recurso les permite mantener el anonimato en internet y tener cierta presencia en eventos, lo bueno de ambos mundos. Tenemos múltiples ejemplos, el chileno Dylantero (2,4M subs en Youtube) o el español Ceciarmy (4M en Instagram, 1,5M follows en TikTok, 1,1M follows en Twitter).
De hecho esa es la razón por la que muchos de ellos acaban saliendo del anonimato. En España fue bastante sonada la salida del anonimato de AxoZer (700K subs en Youtube), que se encargó de stremear desde Twitch (con la clásica cuenta atrás) con una audiencia media de 400K de espectadores.
Y es que si bien la máscara es un recurso para el anonimato, en un mundo hiperconectado resulta casi imposible mantener un anonimato presencial. Por eso acaba siendo un anonimato teórico que solo sirve para desvincular el aspecto físico del creador de contenido. No usar su cara por defecto en el contenido en redes para evitar ser reconocible, y realizar las mínimas apariciones posibles en redes con el aspecto real. Lo vemos en muchos casos, Escorpión Dorado (9,52M de subs en Youtube) en México que participa siempre con su máscara en eventos, como haciendo de presidente en Kings League América, pero también realiza algunas pocas apariciones sin ella.
En ocasiones el creador sale del anonimato por algún error (recordemos que muchos contenidos se realizan en directo), como es el caso de Anomaly (3,2M de subs en Youtube), o porque sus seguidores acaban descubriéndole, como es el caso del español Un Tío Blanco Hetero (170K subs en Youtube, 60K follows en Twitch), que usa su máscara ya sólo como marca más que como indumentaria habitual.
También hay gente que sale del anonimato y que acaba arrepintiéndose. Porque hay un hecho que puede ser paradójico o, al menos, contra el sentido común. Y es que por lo general la gente que conserva su anonimato recibe menos crítica por parte de la audiencia, recibe menos hate en palabras de los Zetas.
Por último no quiero olvidarme de hablar de una última y obvia posibilidad para triunfar en el anonimato que no he mencionado aún. Se trata de simplemente no enseñar la cara, es decir, estar siempre detrás de la cámara. No por ser la más obvia deja de ser una posibilidad de éxito. En España el ejemplo más conocido (y alejado de la temática videojuegos) podría ser Vicesat, con más de 3,75 millones de suscriptores en Youtube y que se dedica a explicar temas relacionados con la mecánica de coches. Seguro que has visto alguna vez un vídeo suyo.
El hecho de que haya tantas cámaras conectadas en tantos bolsillos hace cada vez más difícil mantener un cierto anonimato en el siglo XXI. Pero eso no quita que, en mayor o menor medida, a lo largo de la historia reciente haya habido gente que haya logrado cierta fama sin renunciar a cierto anonimato, o, al menos, sin que sus caras reales fueran fácilmente reconocibles fuera de un contexto profesional público.
Tenemos algunos ejemplos en el mundo de la música con los míticos KISS, Daft Punk o el dj Deadmou5. Incluso con gente que abraza con posterioridad el anonimato para desvincular su popularidad con su imagen real (por motivos diversos), como la artista Sia.
Luego están aquellos que no solo mantienen el anonimato sino que lo hacen marca de identidad, como el artista Banksy.
Como ya comenté en envíos anteriores, la capacidad de realizar filtros dinámicos, como el Bold Glamour de TitTok puede no solo mejorar nuestra apariencia, sino proporcionarnos de rebote cierta anonimidad.
Es algo que creo que veremos cada vez más a medida que las herramientas de generación de IA sean capaces de proporcionar mejores resultados en tiempo real.
Despedida y cierre
Como cada semana, espero que os haya gustado el texto. Hoy he puesto una ilustración al inicio. Es algo que pienso mantener las veces que pueda. Las estoy añadiendo también en las publicaciones antiguas, poco a poco. Lo de “cuando pueda” es porque las hago con tinta y acuarela reales (antigua afición). Ya se que son un poco cutres, pero creo que pega con la filosofía de la newsletter.
Hasta la siguiente.